martes, 28 de febrero de 2012

ARTÍCULO SOBRE SIRÁCIDA EN "ROCK IN SPAIN"


    Nos llega el álbum debut del grupo murciano de heavy metal melódico Sirácida. Los murcianos dejan bien claro desde el primer acorde, que, a parte de disfrutar con su música, tienen talento y ganas por demostrar que tienen algo nuevo que aportar al género. Escucha recomendada al amante del género.

    Raro, o raro tendría que ser, conocer a alguna persona que no hubiera escuchado nunca la ya célebre cita de Frank Zappa: “sin desviarse de la norma, no hay progreso”. Pues bien, aun estando totalmente de acuerdo con el que ha sido una de las figuras más influyentes y peculiares tanto en el panorama musical como en el político, ocurre que en ocasiones lo que bien está, bien progresa. Y es que si algo funciona, como dice el refranero popular, mejor no tocarlo. El intento de desviarse de esta norma o línea a seguir ha dado grandes grupos pero también grandes fracasos, algunos muy sonados. Por otra parte, el seguimiento recto de lo establecido nos lleva a la aburrida repetición y reiteración de lo mismo siendo imposible de esta manera despertar un gran interés o pasar, rozando los límites de la ambición, a la historia.

    De esta manera es como un servidor descifra el panorama de heavy y metal nacional actual. Grandes perlas, grandes fracasos y una inmensa reiteración de lo conocido. Si bien es cierto que esto último no tiene por qué ser algo negativo, muchos grupos se encuentran ante la continua comparación con el pasado creándose así el equivocado, o no, pensamiento o prejuicio de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Personalmente, y creo que con razones para ello, me posicionaría entre medio de las dos posturas pues si bien creo que nuestro panorama actual está lleno de grupazos con un talento en ocasiones superior a cualquier grupo pasado, también hay que reconocer que cierta parte del total de grupos suena siempre bajo los mismos patrones. Supongo que esto se podría extrapolar a cualquier situación de la sociedad o género musical, pero hoy, lo que nos ocupa es el heavy nacional y la música. Puesto que al final, lo que importa y nos da sentido es la música, y no las constantes divagaciones sobre ella.


Sirácida

    En esta ocasión, se nos presenta Sirácida, grupo murciano que está dispuesto a llegar a cada parte de nosotros con su primer trabajo: “Del corazón al alma”. Practican un Heavy Metal muy melódico y la verdad, de primera impresión, suenan bastante bien. Uno no tiene la sensación de estar ante el primer trabajo de un grupo y eso habla muy bien sobre el trabajo realizado por los murcianos. La fórmula que nos traen tampoco es nueva: guitarras melódicas, un buen bajo, rabiosas baterías, estribillos poderosos, letras que sin ser un alarde de prosa cumplen de sobras su función y un, por que no decirlo, genial y necesario teclado que le da un toque extra de calidad al álbum. Hasta aquí nada nuevo y uno podría decir que es más de lo mismo pero nada más lejos de la realidad. Sirácida deja bien claro desde el primer acorde, que, a parte de disfrutar con su música, tienen talento y ganas por demostrar que tienen algo nuevo que aportar al género. Lo cierto es que después de una escucha general al disco, te ves cantando sin querer alguno de sus temas y las sensaciones son más que buenas.


Del corazón al alma
    Abre el disco, siendo ya un cliché del género, un tema instrumental. Si algo podemos decir a favor de este tema, es que no desentona con el resto del disco y que más que simplemente aportar una bonita melodía, a uno le deja la sensación de estar ante el comienzo de una obra mayor. Como si “Del corazón… (Prólogo)”, así se llama la canción, fuera los primeros compases de la metalera caja de música que es este álbum debut. En definitiva, la canción tiene sentido y eso es de agradecer en un panorama donde la mayoría de canciones instrumentales son solo cortes que no aportan absolutamente nada a sus respectivos álbumes (siempre generalizando). Le sigue “Guijarros”, uno de los temas más atractivos del disco. Escuchamos por primera vez la voz de Manuel Zaragoza, y sin ser una de las más prodigiosas voces que he podido escuchar, sí que es una de las voces que más agradables me ha resultado. Disfruta, te hace disfrutar y sobretodo, lo hace condenadamente bien, sin excesos y brillando donde ha de brillar. Sabiendo siempre cual es su momento y siempre ayudado por unos excelentes coros. Por lo demás, un buen tema donde ya vemos un poco como se desarrollará el álbum.

    El tercer tema, “Mi momento”, es sin duda mi preferida del disco. Genial ritmo y un poderoso estribillo que destila rabia por todos lados. Los solos, sin ser un alarde de innovación técnica, acompañan de manera sobresaliente a la canción y elevan la calidad de la misma. Escucha obligada, cuanto menos tema recomendado. “Hombro con Hombro” sigue un poco la línea marcada por los anteriores temas. Aparte de destacar el buen estribillo que resulta jodidamente pegadizo, en este punto uno se da cuenta de la gran calidad compositiva del grupo. Una solidez compositiva que espanta y que despierta mi curiosidad por pensar qué puedo esperar de este grupo en próximas entregas con la madurez con el tiempo otorga.
Llega otro plato fuerte del disco: “Mi legado”. Preciosa balada que rebosa sentimiento y pasión por todas partes. Una gran sorpresa y se postula junto Mi momento como a mejor tema del disco. Un tema para quitarse el sombrero. Otra escucha obligada para el lector. Pasamos al sexto tema: “La pasión” devuelve la vertiente más rabiosa del grupo aunque si bien personalmente se me ha hecho algo repetitiva y tediosa en algunos momentos. Los dos siguientes cortes llevan dos símbolos ya establecidos como tradición en el heavy nacional como son el “Fénix” y “Esparta” aunque eso sí, con dos resultados bastante diferentes. Mientras Fénix sigue un poco la línea de La pasión, siendo correcta pero algo repetitiva si la comparamos con lo escuchado anteriormente, Esparta gana en originalidad y personalidad. Es una combinación de garra, sentimiento y rabia que hará que nos sintamos totalmente sumergidos en una especie de oda a la gloria que antaño poseyó Esparta.

    La última canción con línea vocal es “Marionetas”. Balada que aunque bonita y cumplidora, no llega al nivel de sentimiento de Mi Legado. Igualmente, buen tema para cerrar el disco y que más de uno no podrá parar de escuchar pues resulta bastante pegadizo y atractivo. Cierra el disco “…Al alma (Desenlace)”, preciosa melodía que pone el broche de oro a este más que interesante álbum debut de Sirácida. Escuchándola, uno tiene la sensación de estar cerrando poco a poco la caja de música abierta con el primer tema, también instrumental.

Sirácida, sorpresa y grupo a seguir
    Poco podía imaginarme que este grupo me aportaría estas buenas sensaciones. Si bien es cierto que no aportan nada realmente innovador ni nada diferente, lo que hacen lo hacen tan jodidamente bien que lo que en otros grupos sería una gran carga en contra, en Sirácida se convierte en algo positivo. También es cierto que no todo podía ser miel para un álbum debut y es que la segunda mitad del disco flojea bastante si la comparamos con la impactante primera mitad. Mi momento, Guijarros o Mi legado son verdaderas referencias a seguir en este género. Por otra parte, si algo podemos destacar de Sirácida es su enorme capacidad compositiva. Un disco que sí bien no se llevará el óscar al mejor álbum del año (haciendo comparaciones con la actualidad ya que el disco fue editado en 2010), si podría estar nominado perfectamente al mejor álbum debut. Una gran sorpresa y mucho ojo a este grupo, por que con el estilo propio que otorga la madurez, puede convertirse en una banda muy a tener en cuenta en un futuro. Escucha recomendada a todo amante del Heavy melódico.


Pablo Struth


Tracklist:
  1. Del corazón... (Prólogo)
  2. Guijarros
  3. Mi momento
  4. Hombro con hombro
  5. Mi legado
  6. La pasión
  7. Fénix
  8. Esparta
  9. Marionetas
  10. ...al Alma (Desenlace)
Miembros
Víctor López: Guitarras
Jaime Samper: Teclados
Manuel Zaragoza: Voz
Rubén Nicolás: Guitarras
Juan José Ruiz Nicolás: Batería
Daniel Ortín: Bajos


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